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Lugros - Dehesa del Camarate, 19 de Octubre de 2013

Esta ruta es especial.
Especial por varios motivos: el primero porque ha sido nuestra primera salida con otro grupo de senderistas, Pisacarriles, que nos han acogido y enseñado este camino, y con los que hemos disfrutado del día.
Segundo, el paisaje, el colorido, el sonido, los olores, todo ha sido especial.
Bastante gente me la había recomendado, y desde luego, yo la recomendaré a cualquiera que me pregunte.
Salimos desde Granada hasta el pueblo de Lugros, en la comarca del Zenete granadino, a unos 60 km. de la capital.
Partimos desde la plaza del pueblo y cogimos el camino que nos lleva directamente hasta la Dehesa.
Nada más salir del pueblo nos encontramos con la primera sorpresa, al pasar por un corral de cabras pudimos contemplar la grandeza de la vida, unas cuantas cabras estaban pariendo en ese momento y fuimos testigos del nacimiento, puesta en pie y primer alimento de los chotillos. Una delicia, el día empezaba bien.
El tiempo fue genial, nublado de más para mi gusto, porque nos impidió ver el increible pasiaje que se veía desde el collado del Alguacil.
Cogimos el camino siguiendo una acequia que distribuye el agua de Sierra Nevada por los campos de la comarca.
Disfrutamos de zarzamoras y maholetas, que nos endulzaron el andar.
Después de unos 7 km. llegamos a la puerta de la Dehesa, antiguo criadero de una ganadería de toros bravos, y un grupito de vacas nos dá la bienvenida. Vemos las ruinas de una ermita y justo enfrente, los corrales que se utilizaban para encajonar al ganado en los camiones que los transportaban.
Iniciamos la subida por un camino rodeados de robles, encinas y zarzamoras, donde se ve bajar el agua que nace en las alturas de esta dehesa.
Seguimos subiendo después por una trocha que hace que sudemos y suframos un poquito pero que nos evita al menos 3 km. de camino. Durante este camino los olores de las plantas aromáticas que nacen en el campo nos embriaga de tal manera que no hay ganas de abandonar estos parajes.
Llegamos a un prado donde encontramos un corral de ovejas y vacas y donde disfrutamos de unas manzanas totalmente ecologicas, de mitad del campo vamos, que al menos a mi, me dan un refuerzo añadido.
Seguimos subiendo y llegamos a la que quizás sea la plaza de toros mas alta de España, un tentadero en plena sierra. Una delicia.
Subimos un poco más hasta que tenemos a la vista el collado del Alguacil y el Picon de Jerez, Allí es donde decidimos darnos la vuelta hasta el tentadero para realizar la comida y después proseguir la bajada hasta el coche.
El camino de vuelta si lo hacemos por el camino, y el paisaje es increible. Una mezcla de colores, rojos, verdes de todos los tipos, naranjas, amarillos... uff, indescriptible, lo podréis observar en las fotos.
A la vuelta, fuimos recolectando moras para traerlas a la casa y que las disfrute mi niña.
Lo dicho, una maravilla de ruta, que según mi GPS se nos fué por encima de los 24 km., pero que con gusto volveremos a hacer.

Como lo prometido es deuda, os dejo unas pocas fotos.

















FOTOS

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